Powered By Blogger

viernes, 25 de febrero de 2011

Festival de Viña y Cultura (escrito a la rápida pero se entiende)

En la reciente actuación de Calle 13 en el Festival de Viña del Mar su vocalista pedía “más cultura”, y de hecho la entregaron en su lírica de crítica social, diversidad musical e invitando a verdaderos artistas nacionales a interpretar con ellos (Inti Illimani Histórico y Camila Moreno). Sting y la orquesta sinfónica de Chile en este mismo Festival también dieron clases de cómo hacer del arte objeto de mayor atención y por lo tanto de expansión del alma (que es el “debe ser” del arte).
Entonces la cultura  –y cuando digo cultura no me refiero a las batucadas callejeras que tiraba el gobierno de la Concertación a los pobres– sería como el mar, algunos vacacionan en él y se entretienen, es un respiro a su vida, pero de ahí no sacan nada salvo un bronceado que a las dos semanas desaparece. Pero para otros ese mar es su vida, cual marineros o pescadores, y así también pueden morir tragados por las olas. Sólo así se explica el compromiso a muerte –a veces por excesos– de los creadores.
En definitiva, la cultura, cuando es de verdad, es asunto de unos pocos. Se debe renunciar a cosas que no siempre en sociedad es legitimo renunciar para que la cultura se manifieste con intensidad. Pero en esto, como en todo, opera el “quid pro quo”, o sea, una cosa por otra, y aquel país que no está dispuesto a sacrificar algo para obtener desarrollo cultural (que no es lo mismo que crecimiento económico) deberá aceptar que sus ciudadanos prefieran batucadas sin ton ni son y humoristas de baja calaña antes que la cultura real, esa que provoca un temblor de la conciencia y su posterior germinación en la forma de conocimiento, respeto, sensibilidad, pensamiento crítico e identidad.
Más adelante abordaremos este tema con más profundidad y sin extendernos demasiado, que twitter tiene malacostumbrado a algunos. Lo digo en buena.

Buenas madrugadas a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario